Visto y no visto – Andreu Estela Barnet
Visto y no visto
El reloj marcaba cada segundo con una resonancia que parecía amplificarse en la soledad de la noche. Afuera, la tormenta arreciaba, y los relámpagos iluminaban fugazmente el austero laboratorio, proyectando sombras que danzaban en las paredes. Con esa exactitud tan característica de la ciencia, el embrión fecundó. Ahora solo faltaba esperar unas horas. El profesor, envejecido en el laboratorio, por fin podría ver validada su teoría, ver sus años de esfuerzo recompensados, ver su nombre propio inscrito en la ciencia, ver cómo sus colegas le envidiaban y le veneraban. Con una soberbia sonrisa de satisfacción, reflejada en ambas comisuras de su boca, el profesor se incorporó bruscamente. Pero algo no estaba bien. Una punzada aguda atravesó su visión. Sus córneas no le acompañaron, quedaron incrustadas en los oculares del microscopio. Un grito ahogado se perdió entre los truenos. La oscuridad lo envolvió, y el silencio, roto solo por el estruendo de la tormenta, se hizo eterno.
Andreu Estela Barnet